INTRODUCCIÓN Y APUNTES
BIOGRÁFICOS
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(El Mira, 2025) |
Como se alude en la copla Los Fígaros, “que hasta el sol viene a morir”, Paco Alba representa el halo de luz sempiterna que irrumpió en el carnaval como adalid de los nuevos bríos carnavaleros que irrumpieron en el Cádiz de la posguerra y que se prolongaron hasta el mismo día su óbito. A través de su trayectoria vital, hemos elaborado una ruta por los rincones que sirvieron de inspiración al precursor de la comparsa moderna. A su vez, querríamos destacar parte de su testimonio poético y lírico a través de sus letras y algunos documentos sonoros.Francisco J. María del Sagrado Corazón de Jesús Alba Medina, nació en Conil de la Frontera el día 23 de abril de 1918 en la casa número uno de la calle Padre Caro. Era el menor de cinco hermanos.
Su vocación musical procedía de la propia tradición familiar, ya que su padre, su tío y cinco primos hermanos eran integrantes de la banda municipal de su pueblo. Es por ello por lo que el conocimiento elemental de solfeo fue asimilado casi por inmersión musical, formando parte de su entorno doméstico. Tras el golpe de estado del dictador Francisco Franco, la banda municipal desapareció.ç
Debido a su inestabilidad laboral, su padre se empleó en diversos oficios: fue sacristán, limpió nichos en el cementerio y ejerció como representante de artículos y enseres domésticos (máquinas de coser, velas y lápidas). Pero gracias a sus saberes musicales y a su capacidad para tocar el armónium en celebraciones religiosas, y a su gran inventiva para componer letras destinadas a las murgas del carnaval local, pudo subsistir.
Fallecido su padre, su madre se dispuso a trabajar en un despacho de pan, pero, posteriormente, el negocio no fructificó y su madre decidió que lo más conveniente era trasladarse a Cádiz para poder sustentar la economía familiar. Paco tenía seis años.
En sus primeros años en Cádiz, residieron en la calle Trinidad número veinte, del barrio de La Viña. Es ahí donde comenzó a fraguar sus dotes como compositor del carnaval. Posteriormente, fueron varios los rincones de la capital gaditana las que acogieron a la familia Alba Medina: la calle San José, Encarnación, Sacramento y Gaspar del Pino. Finalmente, se asentaron en la calle San Salvador número siete de los llamados «grupos de Astilleros».
Por causa de las necesidades familiares, comienza a trabajar desde temprana edad. Su primer oficio fue el de monaguillo en la Parroquia de San Lorenzo, trabajo por el cual recibía un real, una taza de café y un panecillo diario. Seguidamente, ejerció las mismas funciones en la Parroquia de Ntra. Sra. de La Palma.
A los 13 años inicia su andadura en la panificadora Eureka, obrador especialista en chocolate, ubicado en la plaza Jesús de Nazareno. En dicha localización pasó la mayor parte de su adolescencia, recorriendo las calles de la ciudad mientras cantaba en agrupaciones infantiles. Paco Alba componía, por aquel entonces, sus propias letras sobre las coplas de Antonio Rodríguez el Tío de la Tiza y de Manuel López Cañamaque, sus dos referentes. En 1935 sale disfrazado de enano en el coro Los cuentos de Calleja, aunque según sus propios testimonios, sus primeras incursiones se dieron con Los barquilleros, de Cañamaque, y en Los baturricos.
Tras la Guerra Civil, y pese a la pérdida de familiares y gente allegada, su pulsión musical se mantenía incólume, formando un dúo folclórico en el que interpretaba canciones mejicanas. Tras este breve periplo, se integra en el quinteto Los Fernández, agrupación con la que recorrió Andalucía.
En el ámbito personal y profesional, entra a formar parte como carpintero en los Astilleros de Echevarrieta, siendo destinado a la reparación de vagones de ferrocarril. Su carrera profesional se desarrollaría allí hasta su jubilación.
En 1952, y a sabiendas de su afición carnavalera, sus compañeros de trabajo le presentan a Francisco Patrón Ticirán, chirigotero veterano y avezado en esas lides. Es precisamente ahí cuando se inicia y fragua el mito de Paco Alba. Este persuade a Francisco Patrón Ticirán para que capte a integrantes para una chirigota. De ahí surgiría su primera agrupación, Los vendedores de mariscos, con letra y música del autor conileño. Fue una experiencia agridulce, puesto que en el concurso de agrupaciones fue descalificado por un equívoco en un pasodoble.
Apenas un año más tarde, en 1952, Paco Alba regresaría al concurso con Los Guajiros, chirigota con la que se alzaría con el segundo premio del certamen en cuestión. Fue el punto de inflexión de su carrera en el carnaval gaditano y el punto de partida del forjamiento de una leyenda. Su carrera se dilataría hasta el año 1975, con la agrupación Los belloteros, con la que recibió el primer premio en la modalidad de comparsa.
En ese intervalo participó, en 1960, junto a Los belloteros en el rodaje de La viudita naviera, película dirigida por Luis Marquina con guion de José María Pemán
La fatídica mañana el jueves 15 de enero de 1976, fallecía a los 58 años en su domicilio de la calle San Salvador. Fue enterrado en olor de multitudes en la parroquia de San José. El mundo del carnaval y su ciudad lloraban la pérdida del creador de la comparsa moderna. El mito y su legado perviven hasta hoy en el corazón del pueblo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
El MIRA. (2018, 6 de noviembre). Paco Alba, gran
protagonista del Congreso de Carnaval [Fotografía]. Recuperado el 10 de junio
de 2025, de
https://www.elmira.es/articulo/cultura/paco-alba-gran-protagonista-del-congreso-de-carnaval/20181106072445147785.html
López, J., Mariscal, E., & Vázquez, J. (s.f.). Antología Paco
Alba. Cantando a Francisco Alba Medina. Musical JM.
Moreno Tello, S., & Osuna Gracía, J. (2020). Paco Alba y su
tiempo. Patronato del COAC y Fiestas del Carnaval de Cádiz.
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